martes, 12 de enero de 2010

Prima de riesgo.

Se llama así al sobrecoste que una entidad financiera cobra por un préstamo debido al riesgo estadístico de impago que este representa.

Supongamos un banco que tiene 1.000 clientes, cada uno de los cuáles con un préstamo de 100.000 euros. Si se conoce que un 3% de los clientes no devuelven sus préstamos, el banco debe inventarse alguna manera de “aprovisionar” 3 millones de euros de más (3% x 1000 x 100.000 euros) para no perder dinero. ¿Cómo lo hace? Lo más fácil sería cobrar una prima de riesgo de 3.000 € en cada crédito. Pero en la práctica, cada banco intenta analizar los factores de riesgo específicos de cada operación o cliente, y aplicar una prima de riesgo individualizada, para evitar que "paguen justos por pecadores". Su cálculo es complicado, y depende de factores como la edad del cliente, sus ingresos, su grado de endeudamiento, el destino de los fondos (consumo, negocios...), avalistas, garantías (otras posesiones...), impagos anteriores, etc. Por cierto, ¿sabíes que en España existe un registro de impagados, al que tienen acceso las instituciones para conocer la solvencia de los posibles clientes? Y por supuesto, cuanto mayor es el riesgo, mayor es la prima.

Una definición alternativa de la prima de riesgo es el exceso de rentabilidad que se exige por invertir en un activo con riesgo frente a invertir en uno muy seguro.

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