2º: Ley de morosidad y Periodo Medio de Maduración.

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Ahora que empezamos a estudiar el Período Medio de Maduración, es buen momento para recordar la ley de morosidad, que entró en vigor en julio del año pasado, que fija unos plazos máximos de 60 días para los pagos de las empresas a sus proveedores y de 30 días en el caso de las administraciones públicas, con un periodo de adaptación en ambos casos que se extenderá hasta 2013. La costumbre de dilatar el pago a los proveedores supone alargar el periodo medio de cobro de esas empresas, lo que contribuye a alargar su ciclo corto y perjudica su competitividad. Con esta ley se pretende equiparar los plazos de pago con el resto de los países europeos.

Esta ley tiene muchas implicaciones. Por una parte, puede salvar a muchas empresas que por culpa del retraso en sus cobros están pasando serios aprietos, incluso legando a demandar a los ayuntamientos morosos.  Según esta noticia, la aplicación de la ley podría salvar 600.000 puestos de trabajo. Pero la otra cara de la moneda es que ahora los que tienen aprietos son los ayuntamientos, que estaban acostumbrados a pagar más tarde y ahora tienen que pedir créditos a los bancos para pagar a tiempo,  aumentando su endeudamiento y disparando las cantidades que debe pagar de intereses. Tanto que el senado se vio obligado a aprobar una línea de crédito especial  a través del ICO para que puedan pagar sus deudas.