Estamos hablando de responsabilidad social y medioambiental de la empresa. En el libro no habla de un importante concepto, la huella ecológica: En la Wikipedia se define como "el área ecológicamente productiva (cultivos, pastos, bosques o ecosistemas acuáticos) necesarios para generar los recursos necesarios y además para asimilar los residuos producidos por cada población de forma indefinida».1 El objetivo fundamental de calcular las huellas ecológicas consiste en evaluar el impacto sobre el planeta de un determinado modo o forma de vida y, compararlo con la biocapacidad del planeta. Consecuentemente es un indicador clave para la sostenibilidad. Su gran ventaja es que permite hacer comparaciones. Si dividimos el espacio bioproductivo del planeta entre el número de habitantes, tocamos a 1,8 hectáreas. Pero, por ejemplo, la huella ecológica del consumidor medio de España es de 5,7 hectáreas. La de un estadounidense es de 9,4 hectáreas. La de los países menos desarrollados está por debajo de 1 hectárea. (Puedes consultar la tabla completa aquí).
Eso significa que, si todos los habitantes del planeta consumieran, por ejemplo, como los españoles, harían falta 2,5 planetas como la tierra. Y eso pronto sucederá, con el crecimiento de los países en vías de desarrollo, especialmente China e India, países con un gran potencial de crecimiento y que entre los dos reúnen más de un tercio de la población mundial. Por ejemplo, lee esta noticia: El coche más barato del Mundo, un nuevo medio de transporte para el pueblo de India.
Pero volviendo a lo que a nosotros nos interesa: cada vez más empresas se preocupan por calcular e intentar mejorar su huella ecológica. Según el Observatorio de Medio Ambiente Urbano de Málaga, definimos huella ecológica corporativa como el impacto ambiental, en hectáreas, de cualquier empresa u organización, provocado por la compra de todo tipo de productos y servicios claramente reflejados en las cuentas contables, la venta de productos elaborados, la ocupación de espacio y la generación de desechos. Lo importante es que todos los impactos considerados en la huella ecológica corporativa son perfectamente controlables y auditables, se obtienen de la contabilidad de las empresas y, por lo tanto, son objetivos y transparentes, motivo por el cual elimina cualquier tipo de arbitrariedades y facilita la comparación. El autor que más ha trabajado en éste tema en España es Juan Luis Donenech, que trabaja para la Autoridad Portuaria de Gijón, y ha calculado la Huella Ecológica de esta organización. Puedes leer su informe aquí.
Como curiosidad, dos test para medir tu huella ecológica:
Uno muy sencillo: Test de Huella Ecológica de Miliarium.
Y otro más elaborado: Test de Huella Ecológica de la Fundación vida sostenible.
A lo largo de los 3 años que llevo publicando este blog, son muchas las entradas en las que he hablado de responsabilidad social y de huella ecológica. Al revisarlos para aportaros más información, me he dado cuenta de que hay tantas cosas que si empiezo, el post me va a salir tan largo que nadie lo va a leer. Por eso he añadido una etiqueta a la derecha sobre ambos temas. Al que le interese, que se lea todos.
Y, para terminar, os añado una noticia para que veais hasta que extremo hay que tener cuidado con lo que se hace en la empresa:
Y, para terminar, os añado una noticia para que veais hasta que extremo hay que tener cuidado con lo que se hace en la empresa:
http://www.elblogsalmon.com/empresas/media-markt-repite-su-fracaso-en-la-responsabilidad-empresarial
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