Por primera vez una mujer gana el premio Nobel de Economía.

Redactado el 12/10/09.

Elionor Ostrom nació en 1933 en Los Angeles (76 años). Es catedrática de Ciencias Políticas por la Universidad de Los Angeles (California) y fundadora del Centro para el Estudios de la Diversidad Institucional de la Universidad de Arizona. Le han concedido el galardón, fundamentalmente, por tres contribuciones a la economía: por desarrollar la teoría sobre como los fondos y recursos públicos deben ser controlados y empleados para la supervivencia del Estado del bienestar con régimen de seguridad social, es decir, por el estudio de las economías mixtas; por sus teorías sobre el papel de las empresas en la resolución de conflictos y por sus análisis sobre las transacciones económicas que se realizan a través de los mercados, empresas, asociaciones y familias, es decir, por el estudio del flujo circular de la renta. Y por último, por el estudio de la gestión de propiedades por asociaciones de usuarios, entre los que se encuentran bosques, bancos de pesca, yacimientos petrolíferos o sistemas de irrigación, es decir, los recursos públicos que estudiamos el curso pasado. Como veis, estudiar economía nos sirve para estar al día. Se repartirá el premio (10 millones de coronas suecas, alrededor de un millón de euros), a partes iguales con el otro galardonado, Oliver Williamson, de la Universidad de California. Que seguro que también tiene mucho mérito, pero no llama tanto la atención simplemente porque no es el primer hombre que recibe el Nobel de economía. Ninguno de los dos se encontraba entre los favoritos de las apuestas.

Conviene recordar la historia de Alfred Nobel, aunque seguro que todos la conocéis. Fue un investigador y empresario sueco que patentó más de 350 productos, entre ellos la dinamita, que resolvía el problema de la gran inestabilidad de la nitroglicerina. A partir de ese momento, evitó las muertes que se producían durante la manipulación de la misma, entre ellos su propio hermano pequeño, lo cual seguramente fue un estímulo en sus investigaciones. Sus inventos fueron de enorme importancia para la construcción, la minería y la ingeniería, por ejemplo en los pozos de petróleo, y con todo ello acumuló una enorme fortuna. Pero también fue utilizado para la industria militar, lo que le creó una gran sensación de culpa por el mal y la destrucción que sus inventos pudieran haber causado a la Humanidad en los campos de batalla. Por ello, en 1895 redactó su testamento legando la mayor parte de su fortuna a una sociedad –La Fundación Nobel–, con el encargo de otorgar una serie de premios anuales a las personas que más hubieran hecho en beneficio de la Humanidad en los terrenos de la física, química, medicina, fisiología, psicología, literatura y la paz mundial. Hechos que engrandecieran a la humanidad en lugar de empobrecerla. Para ello en su testamento dispuso: “Mi fortuna quedará dispuesta del modo siguiente: el capital, invertido en valores seguros por mis testamentarios, constituirá un fondo cuyos intereses serán distribuidos cada año en forma de premios entre aquéllos que durante el año precedente hayan realizado el mayor beneficio a la humanidad…”. Murió un año después, y los premios empezaron a concederse el año 1900. A partir del año 1969 se introdujo también el Nobel de economía. La finalidad del premio es evitar las preocupaciones económicas del laureado, para que así pueda desarrollar mejor sus futuros trabajos.

Como el resto de galardones Nobel, se entrega en Estocolmo el 10 de diciembre, aniversario de la muerte de su fundador, Alfred Nobel.

Me hace ilusión que sea la primera vez que una mujer gana un premio Nobel de economía, además en el día en que también hemos conocido la ampliación del permiso de paternidad (de los padres) a un mes a partir de 2011. Para que os hagáis una idea, hasta hace 5 años al padre sólo le daban 2 días de permiso por el nacimiento de un hijo. Suena a cuando en clase os contamos que antes se iba al cole hasta los sábados y muchos trabajadores sólo libraban los domingos por la tarde. El aumento de la productividad de la economía debe servir para eso: para mejorar las condiciones laborales sin reducir en número de trabajadores.